Nací en el seno de una familia pentecostal, y es normal naturalizar aquello ante lo que hemos estado continuamente expuestos. Nunca me fue extraño el ver y oír a alguien con el don de lenguas (glosolalia), profetizar o afirmar haber recibido un milagro. No imaginaba que existían debates al respecto; “continuismo” y “cesacionismo” son términos que no conocí hasta mucho tiempo después. En la hermosa travesía del estudio bíblico comencé a cuestionar mis creencias sin llegar a dudar de ellas, pero aun así abierto a que se reafirmara como verdad lo que aprendí o ser iluminado por lo verdadero. Hoy me defino como ministro pentecostal clásico con algunas acepciones. Y comienzo describiéndome como ministro pentecostal clásico porque no me avergüenzo de ello, a pesar de que hemos sido caricaturizados y llevados al extremo del absurdo al ser etiquetados por el ruido y el daño causado por muchos neopentecostales en las últimas décadas.
¿Qué es el pentecostalismo?
El pentecostalismo es una rama del cristianismo protestante con un énfasis especial en la obra del Espíritu Santo, la experiencia directa con Dios, y la práctica de los dones espirituales como el hablar en lenguas, la profecía y la sanidad divina. Ser pentecostal implica una vida centrada en la búsqueda de una relación personal y dinámica con Dios a través de la oración y el estudio de la Palabra, caracterizada por la creencia y búsqueda de experiencias espirituales y manifestaciones sobrenaturales, sosteniendo siempre la Biblia como autoridad final. En síntesis, es un movimiento de revitalización espiritual.
Nuestras raíces están en el Movimiento de Santidad del siglo XIX, que a su vez surgió del metodismo. De ahí que muchos consideren a Wesley como el padre del pentecostalismo. Sin embargo, se considera que el nacimiento del pentecostalismo como un movimiento distinto ocurrió a principios del siglo XX en los Estados Unidos. Uno de los eventos más significativos fue el Avivamiento de la Calle Azusa, que comenzó en 1906 en Los Ángeles, California, bajo el liderazgo de un predicador afroamericano, William J. Seymour. Este avivamiento atrajo a miles de personas y fue conocido por sus intensas reuniones de oración, donde se experimentaban sanidades, hablar en lenguas y otras manifestaciones espirituales. Este evento es a menudo considerado por muchos como el punto de partida del pentecostalismo global.
William J Seymour
El pentecostalismo ha experimentado varias "olas" o fases de crecimiento y expansión a lo largo de nuestra historia:
° Primera Ola
Movimiento Pentecostal Clásico (1901-1950)
El Movimiento Pentecostal Clásico comenzó a principios del siglo XX. La Calle Azusa se convirtió en un epicentro del pentecostalismo, atrayendo a personas de diferentes partes del mundo que llevaban el evangelio y la experiencia pentecostal a sus países de origen. Este evento sentó las bases para el énfasis en el bautismo en el Espíritu Santo, una experiencia posterior a la conversión (aunque no todos lo creemos así) que se evidencia mediante la glosolalia. La primera ola del pentecostalismo se caracterizó por el establecimiento de las primeras denominaciones pentecostales, como las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular, la Iglesia de Dios, y la Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional en Puerto Rico.
Lugar de reunión en la calle Azusa en California.
° Segunda Ola
Movimiento Carismático (1960-1980)
La segunda ola del pentecostalismo o Movimiento Carismático, comenzó en la década de 1960 y se caracterizó por la expansión en otras denominaciones con la adopción de prácticas pentecostales dentro de iglesias históricas y tradicionales, como las católicas, episcopales y luteranas. A diferencia del pentecostalismo clásico, los carismáticos a menudo permanecieron dentro de sus denominaciones originales mientras practicaban los carismas del Espíritu Santo. Muchos otros fueron echados de sus iglesias históricas formando nuevas comunidades de fe en las que se abrazó por completo la teología pentecostal, con la gran diferencia de que los carismáticos no creían que la glosolalia fuera la evidencia del bautismo del Espíritu Santo sino solo un don que da a quien quiere. Esta postura respecto al bautismo y la glosolalia ha sido abrazada por la mayoría de las denominaciones pentecostales a lo largo de nuestra historia gracias a las exégesis de teólogos de base pentecostal como Gordon D Fee.
° Tercera Ola
Neocarismatismo/Neopentecostalismo (1980-actualidad)
La tercera ola comenzó en la década de 1980 y continúa hasta hoy. Este movimiento se caracteriza por un enfoque aún mayor en la evangelización, la plantación de iglesias en redes y la práctica de los dones del Espíritu. Las iglesias y movimientos de la tercera ola tienden a ser menos estructurados y más adaptables a las culturas locales. Es en esta ola del neopentecostalismo que se han popularizado enseñanzas heterodoxas con las cuales no nos identificamos los pentecostales clásicos. La herejía del “evangelio de la prosperidad” y los “unicitarios” que muchas iglesias históricas identifican con el pentecostalismo en general, los pentecostales clásicos la rechazamos por su heterodoxia.
Jesse Duplantis, uno de los muchos tele evangelistas de la tercera ola.
¿En qué creemos?
Aunque el movimiento pentecostal no es un bloque monolítico nuestra base de fe está adherida a los principios universales de la ortodoxia cristiana y “regula fidei” de los apóstoles. La inerrancia, infalibilidad y autoridad de las Escrituras, la Trinidad, la dual naturaleza de Jesús, la salvación por gracia, la segunda venida de Cristo, etc. Como movimiento protestante las cinco solas forman parte implícita de las “Declaraciones de Verdades Fundamentales” de concilios pentecostales como Las Asambleas de Dios, o la Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional.
Todas las denominaciones cristianas creen en el Espíritu Santo, pero lo que nos diferencia a los pentecostales es el énfasis particular en la obra y los dones del Espíritu. Los pentecostales valoramos la experiencia directa y personal con Dios, lo que nos definiría como un movimiento de revitalización espiritual. Nuestro sermón es Cristocéntrico, se predica el evangelio y juzgamos la experiencia por las Escrituras y no las amoldamos a las experiencias. Nuestras reuniones son dinámicas, entre himnos del ayer y musica contemporánea, niños y ancianos, hombres y mujeres, cantan, saltan y se deleitan en la presencia del Señor.
Gordon D Fee (1934-2022) Destacado teólogo del Nuevo Testamento de base pentecostal.
Los pentecostales hemos sido caricaturizados como personas que cuando se reúnen apagan el cerebro para darle rienda suelta a las emociones y al sensacionalismo llamar una experiencia con el Espíritu. Pero la iglesia pentecostal no es irracional, tampoco ha carecido de teólogos prominentes en el mundo académico; Gordon D Fee, Stanley M Horton, Roger Stronstad y Craig Keener entre otros, parten de una base pentecostal clásica. Nos han puesto un sello por los abusos que algunos neopentecostales han hecho en las últimas décadas; pero los pentecostales amamos a Dios y amamos su Palabra. No somos un bloque monolítico, y en las variaciones encontrarás de todo, pero de seguro nada abundará tanto entre nosotros los pentecostales como el amor apasionado por Dios, el evangelísmo y las misiones.
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