
Las Biblia es la revelación inerrante y suficiente de Dios. Sin embargo, también sabemos que nuestra mente, afectada por el pecado, no puede comprender completamente los misterios de Dios sin la ayuda de la gracia divina. En la Biblia encontraremos muchas figuras literarias, herramientas que Dios usa para hacer que su verdad sea accesible a nuestra mente finita. Estas figuras nos permite a los creyentes entender las enseñanzas divinas, mientras que al mismo tiempo las Sagradas Escrituras mantienen su riqueza, profundidad y trascendencia.
Cuando comprendemos estas figuras literarias, podemos apreciar más plenamente la belleza de la Biblia y la manera en que Dios, en su sabiduría, se comunica con su pueblo. Estos recursos no son solo herramientas estilísticas con el fin de embellecer el texto, sino que son medios fundamentales a través de los cuales Dios se comunica. Las Sagradas Escrituras no siempre presentan sus enseñanzas de manera explícita. En lugar de ello, emplea estos recursos literarios que facilitan la comprensión de temas profundos y complejos. Entre tantos de estos recursos, en Legado queremos destacar las metáforas, los símiles, las parábolas y las sinécdoques.

Metáforas
Una metáfora es una figura literaria en la cual una cosa es comparada directamente con otra, sin usar las palabras “como” o “cual”. En lugar de describir una idea con términos literales, la metáfora transporta al oyente o lector a una imagen o concepto diferente que guarda una relación de semejanza.
Por ejemplo: Mateo 26:26 “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo”. Pocos pasajes de la Biblia han sido tan distorsionados y mal entendidos como éste, por no atender al sentido figurativo del verbo “es”.
Los promotores de la transubstanciación (creencia de que el pan y el vino, literalmente, se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo en la eucaristía o santa cena) no entienden las palabras de Jesús en su sentido figurativo. Si hiciéramos esta misma interpretación con el resto de las metáforas de la Biblia, entonces concluiríamos que la Palabra, en un sentido literal, debería iluminarnos en la oscuridad, porque el Salmos 119:105 dice “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. No entender las metáforas podría llevarnos a interpretaciones muy alejadas del sentido original, pudiendo llegar hasta el extremo de una interpretación herética.
Símiles
A diferencia de la metáfora, el símil establece una comparación explícita utilizando las palabras “como” o “cual”. Este recurso también es frecuente en las Escrituras, ya que ayuda a ilustrar conceptos con claridad.
Salmos 1:3 “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas”. El símil nos dice aquí que el varón que medita en la palabra de Dios está seguro, protegido y cuidado, como un árbol en un jardín o huerto privados, beneficios de los que no disfruta un árbol forestal.
La metáfora y la símil se distinguen en que ésta última anuncia de antemano la semejanza por medio del adverbio “como”. Por ejemplo: mientras la símil dice: “Toda carne es como hierba” (1 Pedro 1:24), la metáfora dice: “Que toda carne es hierba” (Isaías 40:6). Así que el símil se ajusta más al hecho, pero la metáfora apela mejor a la imaginación y al sentimiento.
Parábolas
Las parábolas son relatos cortos que utilizan situaciones de la vida cotidiana para ilustrar una enseñanza espiritual más profunda. Jesús las utilizaba con frecuencia para revelar el Reino de Dios de manera indirecta, permitiendo que quienes escuchaban pudieran reflexionar sobre su significado. Las parábolas no son meras comparaciones, sino narraciones completas con lecciones implícitas que requieren meditación y reflexión.
Un ejemplo clásico es la parábola del hijo pródigo en Lucas 15:11-32. A través de esta historia, Jesús enseña sobre la gracia, el perdón y el amor incondicional de Dios, comparando el regreso del hijo perdido con la alegría en el cielo cuando un pecador se arrepiente.
Las parábolas son especialmente poderosas porque permiten que las verdades espirituales, algunas de ellas muy complejas, se exploren a través de historias vivas que resuenan en el corazón de los oyentes, facilitando su entendimiento y aplicación.
Sinécdoques
La sinécdoque es una figura literaria en la que se utiliza una parte de algo para referirse al todo, o viceversa. Este recurso es menos evidente que las metáforas o los símiles, pero es igualmente útil para ilustrar conceptos en la Biblia. Aquí les muestro dos ejemplos de sinécdoques:
Génesis 6:17 “Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.”
Note que Dios dice “toda carne”, para referirse a la mayor parte de ella, con la clara excepción de los que entraron en el Arca. Este es un ejemplo del todo por la parte.
Un ejemplo de la parte por el todo sería: Mateo 6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Note que "pan" representa a todos los alimentos que el hombre necesita para vivir.

Note que Jesús siempre tenia la forma de darse a entender con su audiencia. Él nos presentó las profundidades del cielo a través de las sencilleces de la tierra; la enseñanza más profunda de la fe, a través de un grano de mostaza. Dios se valió de figuras literarias para hacerse entender, simplificando las profundas y complejas verdades espirituales para el entendimiento limitado del ser humano. Por supuesto que, nuestro entendimiento de estas figuras literarias no reemplaza la iluminación que solo puede darnos el Espíritu Santo, no obstante, es necesario que el creyente comprenda estos recursos, para evitar interpretaciones ajenas al sentido del texto en su contexto.
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