¿Es Dios enemigo del placer? ¿Debe el cristiano evitar el placer para agradar a Dios? ¿Habrá alguna forma en la que el hedonismo y el cristianismo convivan? Cuando el cristiano habla de placer sin sentirse culpable ni condenado, automáticamente pensamos en cosas como la oración, leer la Biblia, evangelizar, hacer buenas obras, meditar o servir. Si bien es cierto que encontramos deleite en estas actividades, no excluimos otras que aunque no estén ligadas a las “disciplinas espirituales” tampoco desagradan a Dios. Dios nos creó también para tener comunión con los demás y disfrutar de la recreación. Fuimos diseñados para deleitarnos como sus hijos. No hay peor propaganda para el cristianismo que cristianos aburridos y amargados, que no sonríen pero que predican que en Cristo hay verdadera felicidad.
Proverbios 17:22
El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.
Proverbios 15:13
El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.
Sofonías 3:17
Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.
La Biblia explícitamente nos habla de que el placer no es un antagonista de la vida cristiana, lejos de eso fuimos creados para el placer de Dios, y nuestro placer debe estar en Él.
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¿Acepta Dios el placer? Una respuesta al hedonismo moderno
¿Qué es el hedonismo?
El hedonismo es una escuela filosófica que piensa que el placer es lo que determina el valor de una acción. Filosofía que defiende la búsqueda del placer como el objetivo principal de la vida, y que ha influido significativamente en las sociedades a lo largo de la historia. Aunque en teoría parece ofrecer un camino hacia la felicidad y la realización personal, en la práctica, su adopción puede tener consecuencias negativas considerables. En la sociedad actual, donde el consumismo y la inmediatez son predominantes, el hedonismo se ha convertido en una fuerza impulsora que, lejos de generar bienestar duradero, está contribuyendo a una serie de problemas sociales, psicológicos y espirituales.
El Surgimiento del Hedonismo Moderno
El hedonismo no es un concepto nuevo; sus raíces se remontan a la antigua Grecia, donde filósofos como Aristipo (435 - 350 a.C.), filosofo nacido en Cirene, que fue discípulo de Sócrates y fundó el hedonismo cirenaico. Promovían la búsqueda del placer y la evitación del dolor como los objetivos principales de la vida. También debemos considerar a Epicuro (341-c. 270 a. C.), filósofo griego fundador del epicureísmo y del hedonismo racional. Estos fueron los principales propulsores y referentes del hedonismo. Sin embargo, en la Edad Media el hedonismo fue prácticamente abolido por la Iglesia, que se opuso a todas las formas de pensamiento que dieran más valor a lo experimentado por el cuerpo que a aquello experimentado por el alma. El placer se asoció al egoísmo y a la individualidad, sentimientos ajenos a la búsqueda espiritual que promovía la Iglesia Católica. Aún así en el siglo XVIII volvió a tener un resurgir, sin embargo, en el contexto actual, el hedonismo ha evolucionado para adaptarse a una cultura de consumo y tecnología avanzada. Las redes sociales y la disponibilidad instantánea de productos y experiencias han creado un entorno en el que la satisfacción inmediata se ha convertido en un valor central.
Consecuencias Psicológicas
1. Ansiedad y Depresión
La búsqueda constante de placer y gratificación instantánea puede llevar a un ciclo de insatisfacción y vacío emocional, justo lo contrario a lo que se pretende alcanzar. Es un camino que al hombre le parece recto, pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:12). Estudios han demostrado que el enfoque excesivo en el placer material y superficial puede aumentar los niveles de ansiedad y depresión. La incapacidad para alcanzar y mantener un estado continuo de felicidad genera frustración y una sensación de inutilidad .
2. Adicción y Dependencia
El hedonismo puede fomentar comportamientos adictivos. La búsqueda constante de estímulos placenteros puede derivar en dependencias como el consumo excesivo de sustancias, la adicción a las compras, a la comida, al juego, al sexo, o incluso a las redes sociales. Estas conductas no solo afectan la salud mental y física del individuo, sino que también lo aleja de una vida demarcada por los principios bíblicos y puede desintegrar su vida social y familiar.
3. Falta de Responsabilidad
La búsqueda desmedida de placer puede hacer que las personas descuiden sus responsabilidades personales. En la búsqueda constante de experiencias agradables, se tiende a evitar tareas o compromisos que no ofrecen una satisfacción inmediata, como el trabajo duro, el ahorro, la educación continua o el mantenimiento de relaciones significativas. Este enfoque puede resultar en comportamientos irresponsables como el endeudamiento excesivo, el abandono de compromisos laborales o familiares, y la desatención a la salud personal.
La búsqueda individualista del placer puede conducir a una falta de empatía y cooperación, elementos esenciales para una comunidad de fe cohesiva. La importancia de la comunidad y el apoyo mutuo se ve desplazada por la búsqueda de satisfacción personal, debilitando el tejido social y la unidad del cuerpo de Cristo. ¿Como puede sostenerse el vinculo familiar si los integrantes de la familia viven en la continua busqueda de su propia satisfacción inmediata?
No todo conviene
Es importante diferenciar entre los diversos tipos de "placer" que existen en este mundo. Vivimos en un mundo caído donde lo mejor que Dios ha dispuesto para nosotros, a menudo es distorsionado por la sociedad. El hecho de que la sociedad considere una actividad como placentera, no significa que sea aceptable ante Dios (Gálatas 5:19-21; Colosenses 3:5-10; 1 Corintios 6:12-17). Al reflexionar sobre estos "placeres" mundanos, nos damos cuenta de que en realidad no son beneficiosos para nosotros ni nos favorecen a largo plazo.
Hedonismo Cristiano
John Piper en 2015 publicó un libro titulado: “Sed de Dios: Meditaciones de un hedonista cristiano". Conocí de este escrito gracias a un artículo de Coalición por el Evangelio, en el cual su autor presenta una síntesis del libro la cual les presento a modo de conclusión: Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él. Fuimos hechos para ser satisfechos en Dios y al vivir así, atesorándolo, vivimos y morimos para su gloria.
Fuentes
° Piper, John. Sed de Dios: Meditaciones de un hedonista cristiano. Andamio Editorial. 2015.
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